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‎19 Adar II 5784 | ‎28/03/2024

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“El lector” (2008), de Stephen Daldry (EE.UU. – Alemania)

FILMOTECA, CON DANIELA ROSENFELD – Basada en la novela de Bernhard Schlink. Reparto: Kate Winslet (Hanna Schmitz), Ralph Fiennes (Michael Berg adulto), David Kross (Michael Berg de joven), Lena Olin (Rose Mather/Ilana Mather), Bruno Ganz (Profesor Rohl).

La historia de «El lector» comienza en Alemania, después de la Segunda Guerra Mundial. Volviendo del colegio, el adolescente Michael Berg se siente de pronto enfermo y Hanna, una desconocida que le dobla la edad, le ayuda a llegar a su casa. Una vez recuperado, Michael busca a Hanna para darle las gracias. Comienza así un apasionado y secreto idilio entre ambos. Michael descubre que a Hanna le encanta que le lea y su relación física se hace más profunda. Hanna encuentra un inmenso placer en las lecturas que le hace Michael de fragmentos de “La odisea”, “Las aventuras de Huckleberry Finn” y “La dama del perrito”. Sin embargo, pese a la intensidad de su relación, Hanna desaparece un día misteriosamente dejando a Michael confuso y desconsolado. Ocho años más tarde, siendo estudiante de Derecho, Michael asiste a los juicios por los crímenes nazis y se queda anonadado al encontrarse de nuevo con Hanna, esta vez, como acusada en un juicio. A medida que se va revelando el pasado de la mujer, Michael descubre un profundo secreto que tendrá un gran impacto en la vida de ambos.
La historia de “El lector” se basa en ”una novela formalmente hermosa y perturbadora y, finalmente, moralmente devastadora”, según Los Angeles Times. Este trabajo semi-autobiográfico del profesor de derecho y escritor de novelas de misterio Bernhard Schlink, se publicó en 1955 y fue traducido a 40 idiomas. “Es una historia sobre lo que nosotros llamamos “segunda generación’”, dice Schlink, refiriéndose a “aquellos afortunados que nacieron más tarde. Tuvimos una infancia ingenua, hasta que, en un momento dado, nos dimos cuenta de lo que nuestros padres, pastores y maestros habían hecho. Cuando amas a alguien que ha participado en algo terrible, se produce un conflicto…”. En Alemania, el movimiento que intentó comprender la guerra llegó a necesitar incluso de su propio término psicológico “Vergangenheitsbewältigung”, es decir “la lucha por aceptar el pasado”. El impacto del libro como herramienta para entender la historia fue tan grande que ha sido utilizado como libro de texto en las escuelas alemanas.
“Se han hecho 252 películas sobre el Holocausto”, dice Daldry, “y espero que se hagan por lo menos el doble más”. Pero en este caso la intención es la de explicar “cómo los hijos de una generación criminal vivieron las consecuencias de los delitos de sus padres”, Daldry se negó a hacer concesiones. “La película aborda los crímenes de la guerra frontalmente”, comenta el director, que se cuidó mucho de no describir a los guardias de los campos de concentración como ogros o malvados villanos sino, más bien, como trabajadores normales y vecinos del lugar. “Expone a gente ordinaria que comete estos crímenes, la banalidad del mal”.
La diferencia de edad entre Hanna y Michael es uno de los aspectos más controvertidos de la novela, pero sin embargo la historia no funcionaría de otra manera. “Hanna y Michael tienen 36 y 15 años respectivamente, de manera que pertenecen de verdad a dos generaciones,” explica Daldry. “Una diferencia de edad menor cambiaría todo eso”.
En su búsqueda de realismo, Daldry y su equipo contaron con la inestimable ayuda del Instituto Fritz Bauer de Frankfurt. Los investigadores del Instituto le proporcionaron fotos, transcripciones y otros materiales imprescindibles para los detalles que dan autenticidad al tribunal de crímenes de guerra que aparece en la película.
La mayoría de las escenas de juicio de “El lector” están basadas en los procesos Frankfurt-Auschwitz. Estos juicios impulsados por el fiscal general Fritz Bauer, judío y social-demócrata, que había sido prisionero de un campo de concentración por sus ideas políticas y que consigue exiliarse en el año 35 en Dinamarca, se celebraron entre 1963 y 1965. En estos juicios se juzgaron a 22 funcionarios de media y baja categoría que trabajaron en el complejo de campos de concentración Auschwitz-Birkenau. Estos juicios, celebrados en Alemania y por tribunales alemanes, confrontaron por primera vez a la opinión publica del país con los horrores de la época nazi. Muchos abogados y magistrados jubilados de esa época aparecen en la película interpretando a abogados y jueces, también contaron con eruditos en leyes que sirvieron de asesores.
Se trata de un filme valiente que aborda temáticas muy controvertidas y complejas (la relación sexual entre un menor y una mujer adulta, el Holocausto, la omisión de una prueba que puede salvar de la prisión a una persona de turbio pasado). ¿Dónde empieza y dónde termina la culpa de las personas? ¿Y la de los colectivos? ¿Cómo es posible establecer la responsabilidad cuando hablamos de hechos terribles que necesitaron de la colaboración de miles de individuos? La película es también un alegato de la literatura, aunque siembre dudas sobre su capacidad para crear belleza y espantar la barbarie. Es este amor a las letras lo que transforma al personaje de Hanna en el símbolo de una nación culta y civilizada que, sin embargo, incubó el huevo de la serpiente, las referencias a Chéjov, Homero y otros tantos autores que Michael le lee a Hanna en sus furtivos encuentros amorosos se revelan como poderosas válvulas de escape de cualquier prisión, incluida la moral
Las interpretaciones son magistrales, especialmente la de Kate Winslet que ha ganado numerosos premios por este papel, entre otros el Oscar, el Globo de Oro y los premios Bafta a la mejor actuación femenina.