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‎19 Adar II 5784 | ‎28/03/2024

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“Paseando a Miss Daisy (Driving Miss Daisy)” (1989), de Bruce Beresford (EE.UU.)

“Paseando a Miss Daisy (Driving Miss Daisy)” (1989), de Bruce Beresford (EE.UU.)

FILMOTECA, CON DANIELA ROSENFELD –

Guión: Alfred Uhry (basada en su obra teatral Driving Miss Daisy). Reparto: Morgan Freeman, Jessica Tandy, Dan Aykroyd, Esther Rolle, Patti Lupone. Premios: Oscar a la mejor película, mejor actriz protagonista (Jessica Tandy), Mejor guión adaptado (Alfred Uhry), Mejor maquillaje. Bafta a la mejor actriz (Jessica Tandy). Oso de Plata del Festival de Berlín a la mejor pareja protagonista (Jessica Tandy, Morgan Freeman). Golden Globe a la mejor película, mejor actriz y mejor actor.

Paseando a Miss Daisy nos cuenta la historia de una amistad, la historia de Daisy Wertham, una acomodada viuda judía sureña, una maestra jubilada tremendamente orgullosa e independiente y Hoke Colburn, su chofer afroamericano. La película abarca un cuarto de siglo de la vida de sus personajes, comienza en 1948 cuando el hijo de Daisy decide que ya es hora de que su madre deje de conducir y contrata un chofer; hasta 1973, cuando los dos ancianos reconocen el vinculo de amistad que ha ido creciendo entre ellos a lo largo de los años. Es una película de una gran sutileza, en la que la información mas importante no nos llega a través de los diálogos, sino a través del lenguaje corporal, las miradas o el tono de voz.
Las actuaciones de los dos protagonistas son extraordinarias. Jessica Tandy, a sus 80 años compone una de las mejores interpretaciones de su carrera. Al comienzo de la película, Miss Daisy sólo cuenta con la ayuda de una cocinera en su gran casa de Atlanta. Orgullosa e independiente conduce un Packard nuevo por la ciudad. Un día estrella el coche, que acaba en el jardín del vecino. Su hijo decide que ya es hora de tener un chofer, a lo que ella por supuesto se niega, alegando que es muy molesto tener mas servicio en la casa y además es totalmente innecesario. Su hijo contrata al chofer pese a la contundente negativa de su madre y en la primera entrevista ya le comunica a Hoke que la tarea no será nada fácil y deberá ganarse el favor de su madre. De esta manera comienza un enfrentamiento de voluntades en el que dos ancianos orgullosos y obstinados aprenderán a convivir. La estrategia de Hoke se basa en la paciencia y la sabiduría.
En esos 25 años y a través de los personajes, la película nos ofrece un retrato de las relaciones raciales en el sur de los Estados Unidos, de la sociedad de la época y de los cambios que vivió la sociedad norteamericana. Miss Daisy se enorgullece de ser una judía liberal del sur, pero muchas veces le cuesta establecer determinadas conexiones como el atentado a la sinagoga y los atentados a las iglesias negras. Hoke le ayuda a establecer estas conexiones, mientras que Miss Daisy le enseña a leer. Una de las escenas más explicitas del filme es cuando durante un viaje a Alabama, la policía les pide la documentación. Al marcharse la pareja, los agentes comentan: “Un viejo negro y una anciana judía viajando juntos. Lo que hay que ver”.
La película está basada en la obra teatral del mismo nombre de Alfred Uhry y está inspirada en la amistad de su abuela materna y su chofer negro. Esta obra forma parte de la llamada “Trilogía de Atlanta”, que recrea la vida de la comunidad judía de Atlanta durante la primera mitad del siglo XX. Uhry proviene de una familia judía del sur, donde “los judíos se sentían como extraterrestres rechazados”. El padre de su abuela había emigrado de Alemania a Filadelfia en 1850, y posteriormente se trasladó a Atlanta. Su familia se vio involucrada en uno de los incidentes antisemitas más violentos de la historia norteamericana: su tío Sig era uno de los dueños de una fabrica de lápices y contrató como gerente a Leo Frank, un judío de Brooklyn. Una madrugada de Abril de 1913 se encontró en el sótano de la fábrica el cadáver de una niña de 13 años, Mary Phagan, que trabajaba en la fabrica. Frank fue acusado falsamente y con pruebas meramente circunstanciales de violación y asesinato, y condenado primero a muerte y luego se le conmuta la pena por cadena perpetua. Finalmente fue secuestrado de su celda por una multitud enfurecida y ahorcado. Los autores del linchamiento, pese a ser conocidos, jamás fueron juzgados. En 1986, y teniendo en cuenta el hecho de que el Estado no había podido proteger al reo, Frank fue exonerado. Este incidente provocó que la mayoría de familias judías de Atlanta, la comunidad más numerosa de los estados del sur, abandonaran el estado y a las que se quedaron, el miedo les llevo a asimilarse y a parecer lo menos judío que fuese posible. Uhry cuenta que sus padres tenían miedo a salir por las noches y que incluso la vida religiosa se vio afectada. No se utilizaban kipás en los servicios, no se realizaban Bar Mitzvás e incluso se decoraban las casas en Navidad: lo único que les distinguía es que no ponían estrella en el árbol. Uhry fue el primer escritor en ganar un Oscar, el premio Pullitzer y un Toni por la misma obra.
Dirigida por Bruce Beresford (director de origen australiano), es una película contenida que nos permite introducirnos poco a poco en el alma de los personajes y que lentamente lleva la narración hacía una escena final en la que nos invita a ser testigos de uno de los mayores misterios de la vida, el momento en el que dos personas se permiten mutuamente ver en su interior.