Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image

‎18 Nisan 5784 | ‎25/04/2024

Scroll to top

Top

“Concierto en memoria de un ángel” de Alban Berg, por Gil Shaham y Mariss Jansons

“Concierto en memoria de un ángel” de Alban Berg, por Gil Shaham y Mariss Jansons

MÚSICA CLÁSICA – Siguiendo con el ciclo que estamos dedicando a los conciertos de violín interpretados por el eximio estadounidense – israelí Gil Shaham, llegamos en esta ocasión a una obra muy particular. El Concierto para violín del austríaco Alban Berg, también conocido como «Dem Andenken eines Engels» o «A la memoria de un ángel», fue iniciado en abril de 1935, concluido en agosto de ese año y estrenado en abril del siguiente en el Palau de la Música Catalana en Barcelona, siendo su solista entonces el violinista judío ucraniano (luego nacionalizado estadounidense) Louis Krasner, que fue en realidad, el impulsor de su creación, para lo que tuvo que convencer al compositor de la necesidad de una obra lírica para solista que ayudara a que el público comprendiera que el estilo vanguardista de la música dodecafónica que practicaba Berg (creado por el también judío Arnold Schoenberg) no era cerebral, ni obtuso, ni matemático. Al poco tiempo de iniciar su escritura, la hija que la viuda de Mahler, Alma, tuvo con su nuevo esposo (el arquitecto Walter Gropius), Manón (apodada Mutzi) y a la que profesaba un gran cariño, enfermó de poliomielitis y falleció, por lo que el Concierto encargado finalmente se dedicó a su recuerdo. Al poco de finalizarlo, su propia salud empeoró muriendo en la Navidad de aquel nefasto 1935, con lo que la obra se convirtió en su propio testamento.
La escucharemos en un grabación de 2014 en París, con la Sinfónica de la Radio Bávara dirigida por Mariss Jansons, el director de orquesta letón nacido en 1943, hijo de la cantante judía Iraida Jansone que lo parió en el gueto de Riga, del que consiguió escapar. Jansons, hijo de un director de orquesta, se formó como violinista y luego en la dirección, siendo invitado por Karajan a unírsele en Berlín como su asistente, aunque las autoridades soviéticas le negaron el permiso. Después de estar al frente de las orquestas de San Petersburgo (entonces Leningrado) y Oslo, trabajó con la Filarmónica de Londres y la Sinfónica de Pittsburgh, antes de subir al estrado de la de la Radio Bávara y la del Concertgebouw.