SHOÁ AHORA – “Levi tenía un propósito arrollador: salvar a su padre y salir vivo con él.” “Mi familia guardó silencio por dolor; yo no sabía nada de mis bisabuelos, tíos o primos.” “Descubrimos la historia cuando mi papá encontró documentos y un capítulo entero escrito en idish por mi abuelo.” “Mi libro es pura verdad: todo está documentado, todo es real.”
“Escribí lo que ellos no pudieron contar”, nos dice la escritora argentina Adriana Lerman al presentarnos su libro “El chico que sobrevivió a Auschwitz” (Ed. El Ateneo) donde reconstruye la historia silenciada de su familia. Un testimonio más que literario que rescata la vida de su tío abuelo (primo hermano del padre de Adriana) Levi Lerman y del padre de éste, supervivientes de seis campos de concentración. En esta conversación, Lerman nos explica cómo desenterró documentos, fotografías y memorias familiares olvidadas durante décadas para devolver una voz que el dolor había callado.
El Ateneo. Levi Lerman era un niño alegre y travieso del pueblo de Ostrowiec. Tenía tan solo 14 años cuando su vida dio un vuelco inimaginable con el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939, momento en que las fuerzas nazis invadieron Polonia y ocuparon su ciudad natal. Durante un doloroso período de seis años, Levi tuvo que enfrentar una dura vida en el gueto de Ostrowiec, pérdidas devastadoras, trabajos forzados agotadores e incontables traslados a campos de concentración, incluido el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. En medio de ese tormento, solo una llama ardía en su interior: su inquebrantable voluntad de vivir y proteger a su padre, lo que le permitió, contra todo pronóstico, sobrevivir.




