FUERA DE FOCO, CON BRYAN ACUÑA – Hace pocos días, en una entrevista sobre las manifestaciones de los «chalecos amarillos», el presidente francés Macron prometió resistirse al “islam político”, que calificó de amenaza y al que acusó de buscar la secesión de la república. “Estamos hablando de personas que, en nombre de una religión, persiguen un proyecto político”, afirmó y añadió «hablamos de comunitarianismo», refiriéndose a ciertos territorios «autónomos» en algunas sociedades occidentales, donde reina el sectarismo y una cultura excluyente que denigra a las mujeres, entabla difíciles relaciones con otros colectivos y llega a establecer un sistema judicial propio (sharía, en el caso musulmán) que conduce a la atomización del estado-nación en grupos de clanes.