MÚSICA CLÁSICA – Erich Zeisl nació en Viena en 1905, hijo de los dueños del Café Tegetthoff, y tenía raíces judeo-húngaras. Comenzó a componer a los 14 años, ingresó en el Conservatorio a los 16 y ganó el Premio Lili Boulanger a los 20. Sus primeras canciones fueron interpretadas por el gran bajo Alexander Kipnis, entre otros. Su ópera Hiob, basada en la novela de Joseph Roth, fue presentada al Consejo Austriaco de Música. El veredicto fue unánime: no era lo suficientemente moderna. Cuando los nazis invadieron Austria en 1938, Zeisl huyó a París y luego a Estados Unidos. En Hollywood, trabajó como arreglista y compositor para la Metro-Goldwyn-Mayer y Warner Bros., componiendo música no acreditada para películas como Lassie Come Home, o Money, Women, and Guns, entre otras. Despojado de su identidad cultural alemana y de su patria austriaca, el Réquiem de Zeisl es un intento de situar su yo europeo, judío y estadounidense en la música. Falleció en 1959. En 1944, esta síntesis se adelantó a su tiempo: demasiado europea para los estadounidenses, demasiado estadounidense para los europeos, demasiado judía para los cristianos, demasiado cristiana para los judíos, demasiado moderna para los conservadores, demasiado conservadora para los modernistas; y, sin embargo, siempre amada por el público. La oiremos interpretada en una grabación con el Coro Zimriyah de Los Ángeles dirigido por Nick Strimple en el Santuario Principal del Templo del Sinaí, con Los Angeles Voices e Iain Farrington al órgano.




