POLIN: JUDÍOS POLACOS, CON ELZBIETA BORTKIEWICZ – En marzo, cada año Leżajsk (leshaysk),esta pequeña ciudad cercana a Cracovia,  se transforma. Elzbieta Bortkiewicz nos desvelá porqué después de realizar un repaso por el rico pasado judío de la ciudad. 

«En septiembre de 1339 lo primero que hicieron los alemanes fue quemar la sinagoga y todo su contenido y expulsar a todos los judíos menos a unos cientos». Por el gueto de Leżajsk , nos cuenta Elzbieta, pasaron unas 1.000 personas. Sólo 33 judíos sobrevivieron a la Shoá. Volvieron a su pueblo pero fueron atacados y todos los judíos de la ciudad se fueron de Polonia.

Pero…cada año los judíos regresan. Y es que en 1772 se estableció en la ciudad el Tzadik Eliezer Elimelech. «Sanador de almas y de cuerpos», fundó en Leżajsk el más importante centro de hasidismo en Galitzia. Su tumba se convirtió durante un siglo en objeto de peregrinación, algo que -aclara Elzbieta Bortkiewicz- con el comunismo no se pudo continuar y que se recuperó en los años 70. Es pues el cementerio judío de esta pequeña ciudad polaca uno de los lugares más sagrados del mundo para el judaísmo hasidico muchos de cuyos fieles, aniversario tras aniversario, dejan en la tumba del tzadik sus papelitos con súplicas y deseos, como nos invita a hacer también nuestra maravillosa narradora. 

Peregrinas hasídicas en Leżajsk. Se calcula que cada año viajan hasta allí unos 100.000 fieles (El País Semanal)