DESDE ISRAEL – No hay que acostumbrarse a lo bueno, pero sí disfrutarlo: Israel lleva ya varios días sin estar en las primeras planas mundiales. Como decía alguno: «No news, good news»: si no hay noticias, esas son buenas nuevas. Pero sí que las hay, y de ellas nos habla Pablo Bornstein: desde una nueva vuelta de tuerca a la política del boicot con una demanda ante la FIFA que fue retirada (y de la que todo el mundo se ha olvidado ya con el escándalo de corrupción de la propia entidad) a las presiones de la Unión Europea a través de su emisaria Federica Mogherini. También están las noticias «fantasma», que hay que deducir de fuentes de información generalmente poco fiables, y que nos cuentan de una lucha interna en Gaza entre Hamás y el órdago que les plantea la presencia de Daesh en el enclave. Y más sobre árabes, pero israelíes: quejas por su baja representación en el mundo judicial y una sorprendente visita a Tamra (en la Galilea) del líder del partido más a la derecha en el gobierno, Naftali Bennet de Habait Hayehudí