Carta póstuma de Regina Kandt, noviembre de 1941

UN NOMBRE, UNA HISTORIA DE LA SHOÁ DESDE YAD VASHEM – Tomando como fuente la documentación con la que cuenta el Centro Mundial de Conmemoración de la Shoá Yad Vashem en Un nombre, una historia de la Shoá desde Yad Vashem rendimos homenaje a los Justos, Heróes, Sobrevivientes y Víctimas del Holocausto. 

Locución y edición del texto Concha Gómez y Carlos Álvarez Vara

Regina Kandt le escribió estas palabras a su esposo, Maximilian Kandt, la víspera de su deportación desde Belgrado. También escribió brevemente a su hijo Rudolf. Confió la carta a una vecina cristiana, quién fiel a su palabra, guardó la carta y se la envió a un miembro de la familia de Regina, que vivía en Israel, tras la guerra.

Mi queridísimo Max,

Hoy o mañana me llevarán al campo. Que Dios me ayude a superar esto también. He sufrido mucho, pero sobreviví porque creí en el buen Dios y porque mi gran amor por ti, Mutzek, me dio fuerzas.Ya han pasado meses desde que supe algo de vosotros dos. Yassa y Katiusha lo saben todo. He escondido algunas cosas, así que, si nuestro bondadoso Señor nos da la suerte de que volvamos a vernos, no todo se habrá perdido. Katiusha fue maravillosa. Todo está arreglado de acuerdo a las condiciones. Sasha y Eva vendrán conmigo, pero no sé cuánto tiempo estaremos juntas. Te envié, a través de Yassa, 10.000 liras italianas. Espero que las tengas. Mutzek, amo mucho a mi madre y a mis queridos hijos, pero nunca he amado a nadie en todo el mundo tanto como a ti. Así que tú también debes ser fuerte y paciente, un día todo esto llegará a su fin. Katiusha sabe dónde está todo. Estoy escribiendo esto por si acaso no sobrevivo, pero tengo la sensación de que nos volveremos a ver. Abrazos y cariño para ti, Rudi, Fredi y Milcek.

Tuya Regina

Querido Rudi,

En caso de que nunca nos volvamos a ver, Dios no lo quiera, debes quedarte con padre y cuidarlo. Si me quieres, aunque sea un poquito, no te vuelvas a casar con Eva porque serás eternamente infeliz. Puede que no sea culpa suya, pero tiene un carácter terrible. Si no hubiera sido por el pequeño Sasha, no la habría apoyado. Trabajé como una esclava para ella y para el niño. Ella me explotó enormemente. Cuida de ti y de papá. Amor y abrazos,

Mamá

En noviembre de 1941, unas 7.000 mujeres y niños del área de Belgrado, antigua Yugoslavia (actual Serbia), fueron encarcelados en el campo de Sajmiste y allí, asesinados. Entre ellos, estaban Regina, su nuera Eva, a quien menciona en su carta, y su nieto de seis años, Alexander (Sasha). Su esposo, Maximilian Kandt, que era periodista y diplomático, y su hijo mayor, Rudolf, el padre de Alexander, estaban encarcelados desde abril de 1941 en un campo en una zona bajo control italiano.
Sobrevivieron y emigraron a la  Eretz Israel (Mandato Británico de Palestina) en el barco «Stefan Batory». El hijo mediano de Regina, Fredi, emigró a la tierra de Israel en 1935 y su hijo menor, Reuven Dafni (Milcek), emigró en 1936 y se estableció en el kibutz Ein Gev.  Años más tarde, desempeñó el cargo de vicepresidente de la dirección de Yad Vashem.

 

Scroll al inicio