El pequeño diario de Basia Rosenberg
POLIN: JUDÍOS POLACOS, CON ELZBIETA BORTKIEWICZ – La Ana Frank polaca, para muchos, Basia Rosenberg, nos legó un diario que hoy conocemos gracias a la recomendación que recibió nuestra colaboradora de su amiga Kinga Kowalska (¡gracias!)
Basia, una adolescente polaca, con apenas 15-16 años empezó a escribir a principios del año 38 sobre sus experiencias y sentimientos. El 9 de septiembre los nazis llegaron a su ciudad Przeworsk , el 12 quemaron la milenaria sinagoga (en la imagen) y el 27 de ese mismo mes deportaron -Elzbieta nos cuenta las trágicas condiciones de esta deportación- a todos los judíos. Basia escribió dos cuadernos, el primero desparació, el segundo fue encontrado después de la guerra en las ruinas de una de las casas judías.
Su testimonio empieza el 20 de mayo de 1938 y tiene anotaciones hasta el 24 de septiembre de 1939 describiendo los dramáticos acontecimientos bajo el nazismo. No se conoce el destino de Basia Rosenberg ni el de su famila, pero todo hace suponer -apunta Elzbieta B.- que compartieron el de la mayoría de los judíos polacos durante la Shoá. «No queda ninguna foto de Basia, ningún documento, sólo su diario».
Elzbieta nos lee un extracto del diario de Basia
2 de septiembre (sábado, las 9 de la noche):
La guerra. Se hablaba de ello desde hace tiempo pero nadie creyó que finalmente estallaría.Y henos aquí, sentados en la oscuridad, porque no podemos utilizar la eléctricidad. Estoy escribiendo a la luz de una vela. Siento pánico, no sé cómo lo soportaré. La guerra. Nunca me lo había imaginado así. Estoy alerta permanentemente, cada susurro me parece el aullido de una sirena. A las 4 de la mañana nos despertó alarma de ataque con gas.
Desde el frente llegan noticias confusas. Corren rumores de que bombardearon Cracovia y muchas otras ciudades polacas, que el ejército polaco entró en Gdansk, aunque no está confirmado. La gente abandona Katowice y Cracovia, por la nuestra carretera pasa un sinfín de coches de los que huyen. Pero se encuentran en situación sin salida porque no se suministra gasolina a coches privados.
Y todo por culpa de un solo hombre, Hitler. La gente le odia tanto que creo que si pudieran le matarían con sus propias manos. ¿Será inmortal como cuenta Witz? ¿Cuánto durará todo esto?
Estoy escribiendo estupideces. No soy capaz de pensar de manera ordenada. Escribiendo quería tranquilizarme un poco. Confío en Dios y creo que es justo y puede hacer todo. Solo le pido que no nos abandone”. “Tobka y yo hablamos de que no vale la pena ser bueno y noble porque esto no te aporta nada . Pero no es verdad. Quien es bueno siempre se siente bien, no necesita mucho. No sé si lo explico bien pero siento de verdad de que es mejor ser bueno”.