EL NUEVO DESORDEN MUNDIAL, CON RICARDO LÓPEZ GÖTTIG – Una reciente entrevista televisiva del canciller ruso despertó las alarmas en el mundo judío y en Israel, al atribuir a Hitler un origen judío como justificación del término «desnazificar» usado por Rusia como objetivo de su invasión de un país presidido por un judío. A pesar de que en las últimas horas Putin acaba de disculparse ante el primer ministro israelí Bennett por estas expresiones, queda un amargo regusto antisemita, como si continuase la misma narrativa de tiempos zaristas y soviéticos: no olvidemos que la URSS no reconoció la Shoá, sino únicamente como una matanza de sus ciudadanos judíos.