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‎17 Nisan 5784 | ‎25/04/2024

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Camino a Occidente (23ª entrega): judíos en la Guerra de Secesión de los Estados Unidos (II): el general Grant

Camino a Occidente (23ª entrega): judíos en la Guerra de Secesión de los Estados Unidos (II): el general Grant

MILÍM: LA HISTORIA DE LAS DIÁSPORAS, CON ALICIA BENMERGUI – En 1860 había un estimado de 150.000 a 200.000 judíos en los Estados Unidos, en comparación con los 15.000 en 1840. Ese aumento dramático fue el resultado de la pobreza y la discriminación en las regiones de habla alemana de Europa Central, donde los judíos a menudo fueron excluidos del comercio, se les impidió casarse y estaban sujetos todo tipo de violencias. Estados Unidos significaba una existencia en libertad y posibilidades de remontar la miseria. Pero los inmigrantes judíos no siempre eran bienvenidos, especialmente en el norte. Los nuevos habitantes judíos en las ciudades estadounidenses fueron vistos con recelo por aquellos que no reconocieron ni su idioma ni su religión. Una vez que estalló la Guerra Civil, las cosas empeoraron aún más. En el norte, los periódicos populares menospreciaron a los judíos como secesionistas y rebeldes, y los culparon por destruir el crédito nacional. Y aunque algunos judíos ocuparon roles de alto rango dentro de la Confederación, el antisemitismo también se generalizó en el Sur.

Casi tan pronto como comenzó la guerra, comenzó el comercio ilegal y el contrabando entre el Norte y el Sur. Aunque la Unión bloqueó los puertos del sur, los productos atravesaban la frontera; por diferentes razones este comercio ilegal perjudicaba a ambos mandos. El blanco perfecto para las acusaciones sobre el contrabando eran los judíos, considerados codiciosos y oportunistas. El general Ulysses S. Grant estaba enfurecido porque esto perjudicaba su intento de extorsionar económicamente al Sur; para él los culpables de este problema eran los judíos. Por lo tanto, luego de tomar medidas progresivas contra los judíos, el 17 de diciembre de 1862 emitió una orden oficial de expulsión de éstos de la zona bajo su mando que incluía Tenessee, Kentucky y Mississippi, dándoles 24 horas para abandonar el territorio. La orden estaba dirigida a los judíos como grupo y religión; de a poco llegó a los judíos dentro y fuera del área afectada. Las noticias de la orden horrorizaron a los judíos estadounidenses. Entre ellos estaban los aproximadamente treinta comerciantes judíos de Paducah, todos los cuales fueron expulsados de la ciudad junto con sus esposas e hijos. Dos de los hombres que fueron desterrados eran ex soldados de la Unión. Los judíos, desesperados, se dirigieron al Congreso y a Lincoln para protestar. Éste se quedó tan sorprendido que pidió una confirmación y cuando tuvo la certeza, revocó la orden.

La orden de Grant ayudó a despertar un sentimiento oculto en la vida estadounidense que aisló y dañó a los judíos que habían venido a los Estados Unidos en busca de una posible igualdad. La orden discriminatoria fue aplastada rápidamente, pero el general nunca la olvidó. De hecho, pasó toda una vida tratando de expiarlo. Cuando se postuló para presidente en 1868, confesó que la orden «fue emitida y enviada sin ninguna reflexión y sin pensar». En el cargo, nombró a más judíos para cargos públicos que nunca antes, y promovió los derechos humanos de los judíos en el extranjero, protestando contra los pogromos en Rumania y enviando a un diplomático judío a objetar. Y esta historia continuó…