HUELLAS – Una nueva reposición de un programa con pedidos acerca del posible origen judío de los apellidos Mar, Galán y Amaya, encargado a nuestro experto Manuel Sanvicente.

MAR

El nombre representa la parte espiritual de la persona, el apellido lo mundano. Mar hace referencia al trabajo de la marinería, a quien vive cerca del mar. Del Mar y De la Mar tienen el mismo origen y significado. Mar tiene su origen en la zona catalano-aragonesa. Había otros, del mismo género, entre los hispanojudíos: Naval y Sardina. Las referencias históricas sobre Mar son escasas. Se sabe por documentos que los expulsados Mar se establecieron en Polonia, Lituania, Rumania y Reino Unido, donde se registraron en la famosa sinagoga de Bevis Marks. Hoy día es apellido de la comunidad israelita del Principado de Asturias. Se encuentra también en Eslovenia, Austria, Hungría, Nueva Zelanda y Canadá. En España es de carácter minoritario.

GALAN

Antiguo apellido de los judíos de Aragón que -según algunas teorías- sería indicativo de las familias que vivieron en el Golán (de Golan a Galán). Parece más probable que este apellido haga referencia a unas características físicas determinadas, según el Diccionario de la Real Academia de Lengua Española, «hombre de buen semblante, bien proporcionado y airoso en el manejo de su persona». Desde Aragón, Galán se extendió por España y América del Sur, en menor medida, sin que todas las ramas de este apellido tengan el mismo origen común, ya que fue compartido por cristianos, judíos y moriscos. Otros apellidos de judíos parecidos son Galant (terminado en T) y Galante. Después de 1492, Polonia, Lituania, Hungría y Rumanía figuran como países de acogida de los expulsados españoles apellidados Galán. Hoy día el espacio geográfico de Galán es principalmente España, Argentina, Polonia, Francia y Suiza.

AMAYA

Apellido castellano, de Burgos. Se cuenta que Amaya fue fundada por Tubal, nieto de Noé, 800 años después de la creación del mundo. Más creíble resulta que la antigua ciudad de Amaya sea de origen romano. De todas formas, es un topónimo y, por tanto, un apellido en España de cristianos y judíos. Los sefarditas, por el mundo, aún llevan este apellido que en su raíz etimológica significa «ciudad madre». El espacio geográfico de Amaya es principalmente Argentina, España, Estados Unidos y Canadá.