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‎9 Adar II 5784 | ‎19/03/2024

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“Korczak” (1990), de Andrzej Wajda (Polonia)

FILMOTECA, CON DANIELA ROSENFELD – Guion: Agnieszka Holland. Reparto: Wojciech Pszoniak, Ewa Dalkowska, Teresa Budzisz-Krzyzanowska, Marzena Trybala, Piotr Kozlowski, Zbigniew Zamachowski, Jan Peszek, Aleksander Bardini, Maria Chwalibóg

Biopic de los últimos días en la vida del legendario pedagogo y médico judío polaco, Henryk Goldsmit (Janusz Korczak), que se entregó en cuerpo y alma al cuidado de los niños huérfanos judíos en la Polonia invadida durante los primeros años del nazismo. No tiene miedo a enfrentarse a los oficiales alemanes y, a menudo, ha de ser persuadido por sus compañeros más cercanos para tratar de ser más discreto y cuidadoso, y no arriesgar temerariamente su vida. Korczak levanta un orfanato dentro del gueto de Varsovia, y ofrece techo y alimento a 200 niños sin hogar. Su didáctica contempla métodos educativos experimentales, enseñando una especie de autogobierno entre los niños cuyos parámetros de justicia distan mucho de los empleados en esos momentos en el mundo exterior.
Henryk Goldszmit se había convertido en un icono de Polonia en la década de los 30 gracias a sus escritos, enseñanzas, y programas de radio para niños, bajo el nombre de Janusz Korczak. Cuando los niños de su orfanato de Varsovia iban a ser deportados a las cámaras de gas de Treblinka, se negó abandonarlos (pese a tener un salvoconducto) y murió con ellos en agosto de 1942.
Andrzej Wajda lleva esta trágica historia a la pantalla en “Korczak”, protagonizada por Wojciech Pszoniak como el tierno y comprometido médico. Después de que los nazis invaden Polonia, Korczak (que era judío) y sus huérfanos son trasladados a los guetos de reciente formación, donde lucha por alimentar y proteger a los 200 niños que están a su cargo de la violencia y el hambre .
“Korczak” posee un guión cinematográfico poderoso, inteligente y emotivo, escrito por Agnieszka Holland; las actuaciones son sólidas por parte de todo el elenco, pero es imposible no destacar la maravillosa actuación de Pszoniak (Korczak) que conmueve profundamente.
Steven Spielberg sostiene que “Korczak” es una de las películas más importantes acerca del Holocausto judío, ya que, si bien hay cientos de films sobre el tema, el enfoque particular que Wajda ofrece en esta cinta es único. El titánico esfuerzo de este médico por salvar la vida de estos 200 niños que tiene a su cargo brinda una mirada paralela de la guerra y de sus horrores desde otra perspectiva, más humana y sensible. Los vaivenes políticos de los enfrentamientos armados y sus razones quedan de lado para enfocar la tragedia desde la mirada inocente de los niños y de este pequeño grupo de personas que entrega su vida para salvarlos, y sin caer en ningún momento en golpes bajos. Otro de los grandes aciertos del film es mostrar buenos y malos, tanto entre los polacos como entre los judíos, reflejando la realidad y que las miserias humanas carecen de nacionalidad.
La semana pasada nos dejaba a los 90 años uno de los grandes maestros, Andrzej Wajda, nacido en 1926 en el pueblo de Suwalki, ubicado al noreste de Polonia. Durante la II Guerra Mundial se unió a la resistencia polaca ante los nazis y, tras el conflicto, estudió pintura antes de ingresar a la Escuela de Cine de Lodz. En la década de 1950 obtuvo gran reconocimiento con una trilogía sobre la II Guerra Mundial y, desde entonces, se le consideró como una figura de referencia de la llamada «escuela de cine polaco». Entre sus obras más aclamadas se cuentan «El Hombre de Hierro», sobre el surgimiento del sindicato Solidaridad en Polonia y con la que obtuvo la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 1981; «Katyn», sobre una masacre de oficiales del Ejército polaco ocurrida en la década de 1940 y entre cuyas víctimas estuvo su padre; y “La Tierra Prometida”, sobre la industrialización de la ciudad de Lodz en el siglo XIX, donde tres jóvenes estudiantes de Riga (un polaco católico, hijo de nobles terratenientes, un ambicioso judío y un alemán luterano) deciden abrir una fábrica para hacer fortuna y, sin escrúpulos ni prejuicios, lanzarse a acumular dinero y poder.
Su extensa obra cinematográfica, que incluye cerca de medio centenar de películas, destacaba por explorar la turbulenta historia política de Polonia. Refiriéndose a los retos del trabajo del cineasta, Wajda dijo una vez que Dios le dio a los directores dos ojos para que con uno miren a través de la cámara y con el otro observen atentamente todo lo que ocurre a su alrededor. ”Es una destreza que debes desarrollar y mejorar de forma incesante hasta que dejes de hacer películas».