METAESCRITURA DE LA SHOÁ, CON JAVIER FERNÁNDEZ APARICIO – ¿Han leído ya al Premio Nobel de Literatura 2025 Laszlo Krasznahorkai? Si su respuesta es sí, les animamos a analizar el (para nosotros magnífico) ensayo que le dedica Fernández Aparicio en esta entrega de su programa. Si aún no lo han hecho, nuestro experto nos aproxima a su obra “con sus textos más representativos y un estudio de la crítica especializada para ofrecer una síntesis fiable de sus temas, con una interesante alusión a su origen judío, por parte de padre”.
Laszlo Krasznahorkai: Claves de lectura y sus orígenes judíos
Pero ¿quién es Laszlo Krasznahorkai?
Nacido en 1954, es un escritor húngaro muy vinculado temática y estéticamente al expresionismo oscuro centroeuropeo. En cierta medida posee un estilo parecido al de W. G. Sebald, uno de nuestros autores predilectos, con frases larguísimas, a veces sin puntos durante páginas y ambientado en escenarios decadentes, aunque sus personajes son diferentes, menos apegados a una historia personal enigmática y dura, como ese Austerlitz. En sus libros nos situamos en sistema políticos y sociales absurdos, corruptos o en declive, sin citar explícitamente, pero remedo del régimen comunista que atravesó Hungría (1949-1989) y la niñez y primera juventud de Krasznahorkai. También se le puede comprar con otro Nobel húngaro que conocemos en Radio Sefarad, Imre Kertész, pero en mi opinión, la prosa de este es más directa, aunque comparten temas como el desarraigo del ser humano o sus contradicciones internas.
Polémico Nobel 2025
Ha ganado numerosos premios literarios, incluyendo el Nacional de Literatura húngaro en 1988, el Premio de la Casa de Europa en 1992, el Man Booker en 2015, el Formentor de las Letras el año pasado y el Nobel de Literatura este 2025, no sin cierta polémica, pues todo hacía presagiar que los académicos iban a optar en esta ocasión por un hombre blanco, occidental y de mayor edad. Y así ha sido. La justificación oficial: fue “por una obra convincente y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte” pero se ha criticado desde ciertos sectores por la dificultad extrema en la lectura de la obra de Krasznahorkai y cierto “elitismo literario” que necesita de mediadores (críticos, traductores y editoriales pequeñas) para ser legibles, o que apenas circulaba fuera de nichos muy especializados. También ha sido polémico en Hungría, porque es una figura políticamente incómoda, ya que es crítico con la política de Viktor Orbán, especialmente en relación a la guerra de Ucrania, llegando a describir su gobierno como un “caso psiquiátrico”. De hecho, en medios nacionalistas es visto como “no auténticamente húngaro”, “liberal” o “traidor a la patria”.
El reconocimiento en el cine: dos obras
Hay que decir que la literatura de Krasznahorkai ha sido ampliamente difundida gracias a sus guiones y adaptaciones al cine del director Béla Tarr. Su reconocimiento no se entiende sin esta relación con la gran pantalla. En especial, hay dos películas de Tarr que se basan en otros tantos de sus principales libros:
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Tango satánico, 1985 (Acantilado, 2017, traducción de Adan Kovacsics): Es la obra que convirtió en un referente a Krasznahorkai. Es un gran libro ambientado en un escenario rural húngaro, concretamente una granja colectivizada, abandonado tras el colapso del régimen. Sus habitantes esperan la llegada de dos figuras cuasi mesiánicas que prometen salvar a esta comunidad. Es una novela dividida en “pasos” de baile hacia adelante y hacia atrás, como en tanto, pasos a la esperanza y a la miseria. Desde ese 1985, Béla Tarr estuvo intentando rodar la película, pero el ambiente político de la Hungría de esa época hizo imposible llevar a cabo la producción hasta el año 1994. Ojo, es una película monumental de más de 7 horas.
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Melancolía de la resistencia, 1989 (Acantilado, 2001, tr. de Adan Kovacsics): Una novela que se centra en la lucha de un pequeño pueblo húngaro contra la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Esta obra es una profunda reflexión sobre el poder de la resistencia, la fuerza de la esperanza y el coraje de los seres humanos, pero cada personaje se enfrenta desde distintos enfoques a la opresión, ya sea desde la resistencia armada hasta los esfuerzos por preservar la cultura local.
Otras obras relevantes
A continuación, hablamos de otras tres obras fundamentales, las más citadas e influyentes por la crítica. Hay que decir que en castellano hay solamente nueve publicadas, todas por la editorial Acantilado.
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Relaciones misericordiosas (1986, Acantilado, 2023, tr. de Adan Kovacsics): Ejemplo de que Krasznahorkai también es un excelente autor de relato corto. En los ocho que integran este volumen, aparecen de nuevo sus temas, ya se trate de la venganza ejercida por un cazador sobre sus vecinos, del exilio de ciudadanos condenados a una espera insoportable para embarcar en un navío bajo la vigilancia de milicias armadas o de los intentos de un enigmático personaje de evadir a sus perseguidores en un ambiente opresivo.
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Guerra y guerra (1999, Acantilado, 2009, tr. de Adan Kovacsics): De nuevo una novela con un escenario oscuro donde el protagonista, Korin, es atacado y quiere suicidarse ante el vacío de su vida. Antes, ha descubierto en los archivos de una pequeña ciudad un antiguo manuscrito de sorprendente belleza y decide marchar a Nueva York con él para preservarlo para la eternidad colgándolo en una web. El autor sigue a Korin obsesivamente por las calles de Nueva York, relatando sus encuentros con los diversos tipos humanos que pueblan un mundo dividido entre el vicio y la belleza.
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Y Seiobo descendió a la Tierra (2015, Acantilado, 2015, tr. de Adan Kovacsics): Seiobo es una deidad japonesa que tiene en su jardín un melocotonero que florece cada trescientos años y cuyo fruto da la inmortalidad. Decide volver a la Tierra en busca de un atisbo de perfección: la belleza. En este viaje, Seiobo explora el Japón que perpetúa algunos rituales desde hace siglos; contempla la pintura en la Rusia medieval o en la Italia del Renacimiento; escucha la música del Barroco y sobrevuela la Acrópolis de Grecia, la Alhambra de Granada o la Pedrera de Barcelona. Una obra en la que Krasznahorkai indaga en el extraordinario consuelo de la belleza.
La identidad judía de Krasznahorkai
Un tema que han sacado medios, como Haaretz en Israel. Aunque no se refleja en su obra, al menos de forma explícita, el padre de Laszlo, György Krasznahorkai, tenía raíces judías, pero las ocultó durante décadas. El mismo autor ha declarado que supo de esta herencia alrededor de los 11 años, cuando su mismo padre se lo reveló. ¿Por qué este secretismo? Según manifestaciones del autor, esto se debió al contexto húngaro de entonces, años 60: antisemitismo, persecución y necesidad de “encubrimiento” de la identidad judía en épocas anteriores.
Así pues, supo que su abuelo cambió el apellido original (“Korin”, relacionado con luz en hebreo y curiosamente el nombre del protagonista de la novela citada, Guerra y Guerra) por “Krasznahorkai” en 1931. En la actualidad, y aunque Laszlo no se identifica como judío, reconoce que esta herencia es parte de su biografía y aparece indirectamente como contexto en su obra literaria al hablar de la ruina moral, la memoria y el tema de la decadencia colectiva, temas que pueden resonar con la experiencia del Holocausto y del antisemitismo, aunque insistimos que él no lo articula con un personaje o tema “judío” en cada obra. Quizás, la obsesión del archivero Korin de Guerra y Guerra con la preservación de un manuscrito, sea la obsesión por la memoria que podría tener resonancias con lo que significa “ser judío en Europa del Este” tras el Holocausto.




