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‎18 Adar II 5784 | ‎28/03/2024

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“Marathon Man” (1976), John Schlesinger (EE.UU.)

“Marathon Man” (1976), John Schlesinger (EE.UU.)

FILMOTECA, CON DANIELA ROSENFELD –

Guion: William Goldman (sobre su propia novela de igual título). Reparto: Dustin Hoffman, Laurence Olivier, Roy Scheider, William Devane, Marthe Keller, Marc Lawrence, Fritz Weaver, Richard Bright. Premios: Globo de Oro al mejor actor, Sir Laurence Olivier . David de Donatello, Mejor Película Extranjera, Mejor Actor Extranjero Dustin Hoffman

Marathon Man está considerada como una de las mejores películas de la década de los 70. Un film que supo ser comercial y que, a la vez, también se permitió ser referencial y reflexivo. Es el día del Yom Kipur en Nueva York. Babe (Dustin Hoffman), está realizando su tesis doctoral en historia: investiga el mismo campo que investigaba su padre, que se suicidó hace veinte años, tras haber sido perseguido durante la época de Joseph McCarthy. A la vez, entrena para correr la maratón de la ciudad. Un anciano alemán sale de un banco después de haber cogido un bote de diamantes de una caja de seguridad, que le traspasa disimuladamente a otra persona en la calle. Sin embargo, un incidente con un anciano judío acaba con un mortal accidente de tráfico para ambos. El correo a quien el viejo alemán le pasa la mercancía (los diamantes) es Henry Levy (Roy Scheider), miembro de la “División”, una especie de organización gubernamental secreta que se encargaba de aquellos casos que quedaban fuera de la jurisdicción del FBI o la CIA, y a quien su hermano Babe cree un exitoso empresario del petróleo. Tras un accidente de tráfico, Doc sospecha que el criminal nazi Dr. Christian Szell (Laurence Olivier), personaje basado en el Dr. Josef Mengele, irá a Nueva York para recuperar unos diamantes de un valor incalculable, robados a los judíos asesinados en Auschwitz. Doc viaja a Nueva York con el pretexto de visitar a su hermano, Bob, que ha conocido a Elsa (Marthe Keller), una extraña mujer suiza con la que ha iniciado una relación amorosa. Pero Doc es agredido y llega muy malherido a casa de su hermano quien lo encuentra muerto cuando regresa. A partir de aquí, Babe se verá envuelto en una trama en la que el famoso nazi, el Dr. Szell, lo perseguirá para matarle, e incluso torturarle.
Gran película gracias al crispado guión de William Goldman, a Conrad Hall tras la cámara y, sobre todo, a una soberbia dirección y a un estupendo reparto. Marthe Keller no sólo es hermosa, también es convincente en su ambiguo papel y la química entre ella y Hoffman es muy efectiva; y Roy Scheider es simplemente brillante componiendo el intrigante personaje del hermano del protagonista. Hoffman y Olivier demuestran aquí, juntos y separados, por qué son dos de los intérpretes más excepcionales del siglo XX.
El cine norteamericano de los años setenta está lleno de thrillers magníficos y muy conocidos que sin lugar a dudas han quedado en la retina del público como las mejores muestras de un género cinematográfico del que se produjeron bastantes películas durante esa década. Marathon Man de John Schlesinger (ganador del Oscar al mejor director en el año 1969 por Cowboy de medianoche) es uno de estos títulos memorables que siguen siendo recordados como ejemplos de películas sobresalientes cuyo valor cinematográfico aún llega hasta nuestro días. Es una de esas películas donde la tensión se puede palpar en cada plano y cada secuencia, cuya construcción argumental y visual apoyan la historia. Además de la magnífica interpretación de Dustin Hoffman, destacan también dos papeles secundarios de lujo; uno de ellos, protagonizado por Laurence Olivier y otro por Roy Scheider. Olivier obtuvo una nominación al Oscar por su interpretación ya que su construcción del personaje raya la perfección escénica.
La precisa dirección de Schlesinger llena la película de momentos brillantes, el ritmo nunca decae y cada nuevo acto está lleno de grandes sorpresas: no sólo nunca se sabe lo que ocurrirá en cada secuencia, sino que las escenas se van desarrollando hasta un clímax final inolvidable. La película, finalmente, se convierte en una alegoría de las raíces del fascismo en los estamentos económicos y de poder de los Estados Unidos, y sobre la pervivencia del nazismo en la sociedad moderna, en la red de relaciones internacionales, las grandes corporaciones y los negocios globalizados.