Los sefardies en Nova Zeelandia
LOS PASOS DE SEFARAD EN EL NUEVO MUNDO, CON DAVID ROSENTHAL – Mucha caña de azúcar está siendo plantada aquí, la cual nos han dicho es muy renombrada. Hay muchos puercos salvajes que los indios matan y venden por un cuchillo, también hay muchas aves salvajes, como gallinas salvajes y también gallinas corrientes. Los indios y los blancos hacen algunas bebidas de papas y de mandiocas muy refrescante y mejor que la cerveza. Es fuerte y hay que ser cuidadoso y no tomar demasiado de ella porque muy pronto lo emborracha a uno. El país entero es muy saludable y uno puede pasar vestido o desnudo de día o de noche sin peligro de enfermarse. La gente se muere normalmente de vejez porque la brisa es refrescante y dándonos cuenta de todo esto confiamos en el Señor Bendito. Con algunas copias remitiremos este resumen ampliándolo con algunas observaciones que podremos hacer más adelante, todo de acuerdo a la verdad, sin apartamos de las evidencias que encontramos. Diremos que siempre vamos a dar gracias a Dios de habernos sacado de ese infierno de nieve [Holanda] y nos haya llevado en paz a estas tierras tan hermosas, donde a cabo de muchos, muchos años, echaremos nuestros cuerpos a descansar, hasta que llegue el día en que los recogeremos a nuestra patria. Amén.
Con estas palabras finaliza el relato escrito por dos colonos de esta primera generación de sefardíes dispuesta a establecerse definitivamente en los dominios holandeses del Nuevo Mundo. Desde Flushing partió, pocos meses más tarde, el barco «Prins Willem» que, a su regreso a Holanda, llevó a algunos colonos judíos desde Tobago. Hay también antecedentes de un grupo de judíos que pretende emigrar hacia «Nova Zeelandia» desde Salee, en Marruecos. Aquí aparece nuevamente el dr. Paulo Jacomo Pinto como portavoz de los emigrantes judíos.
Tomado de la obra del profesor Gunter Bohm.