Venerable Ángela María, un «ángel» en Auschwitz
A FONDO – «Aisladas por la Gestapo de la casa madre en Valencia, y corriendo el peligro de perder su convento por expropiación forzosa en beneficio de los tiroleses de Italia, que deseaban integrarse al nuevo imperio alemán que se estaba gestando, Ángela se dedicó a defender su convento. Percatándose de las buenas relaciones entre España y Alemania, hizo valer los derechos de la comunidad al pertenecer a una Congregación española. Sus argumentos expuestos al Cónsul español, Sr. Román de la Presilla, tuvieron éxito, pero, desde ese momento, Ángela había firmado su condena de ingreso en el campo de concentración».
Ángela, en el siglo María Cecilia Autsch, nacía el 26 de marzo de 1900 en un pueblecito de Sauerland, región montañosa de Westfalia (Alemania), en el seno de una familia modesta, pero profundamente cristiana. Era la quinta de siete hermanos. Esta encomiable religiosa pertenecía al Instituto de la Santísima Trinidad, fundado en Valencia en 1885, con el nombre de Sor Ángela María del Sagrado Corazón de Jesús.
“Para mí, encontrarme con Sor Ángela fue un gran alivio en aquel infierno. Trató de ayudar a todas las que pudo, arriesgando muchas veces su vida. Desde la ropería y desde la cocina, alivió el dolor de muchas prisioneras, sobre todo, de las más necesitadas. Se las ingeniaba para repartir a éstas comida, agua y ropa. Salvó muchas vidas”. Dra. Margita Svalbová
“Allí donde las inhumanas condiciones en las que la vida de las prisioneras no valía nada; donde matar a mujeres indefensas y desamparadas era un acto heróico para las SS, la Hermana Ángela intentaba luchar contra la injusticia y trataba de conseguir cuanto podía socorriendo a compañeras hambrientas e indefensas, dando ayuda moral a hijas, cuyas madres eran conducidas a la cámara de gas, o morían a causa de las condiciones infrahumanas en que tenían que trabajar”. S. Teichner
Fue detenida por su resistencia y crítica al nazismo (es denunciada a la Gestapo por haber dicho que «Hitler era un azote para Europa») y se dedicó al servicio de los más necesitados en los campos de concentración y exterminio donde estuvo como prisionera (antes de Auschwitz-Birkenau, en Ravensbrück) lo que le valió el apelativo de «El ángel de Auschwitz».
Sor Ángela murió el 23 de diciembre de 1944 a causa de un ataque aéreo de los aliados sobre el campo de exterminio. El papa Francisco la declaró venerable en 2018. Manoli Nieto, Superiora General del Instituto Santísima Trinidad ,nos cuenta la historia de la Venerable Ángela María: una religiosa que «sin estridencias, como algo natural, ayudó a todas las personas que pudo». «Queremos que Sor Ángela sea un modelo de vida sencillo en este mundo lleno de dolor para muchas personas, un ejemplo a seguir en nuestro día a día».