KOSHERCHEF, CON PINJAS BENABRAHAM-TONI PINYA FLORIT – ¿Protagonistas de este programa? Dos cremas calientes, sencillas y reconfortantes, ideales para la cocina cotidiana y (en este caso) vegetariana. Desde una crema de chayote —producto poco conocido en el Mediterráneo pero habitual en Centroamérica— hasta una clásica crema de tomate, Benabraham vuelve a combinar pedagogía culinaria, tradición judía y consejos prácticos para adaptar sus recetas a cualquiera de nuestras cocinas.
Crema de chayote
Ingredientes
Tres chayotes (aproximadamente 1 kg), un litro de caldo de pollo o de verduras, una cebolla, un puerro, dos dientes de ajo, una tacita de crema de leche, sal, pimienta, medio decilitro de aceite de oliva y 30 g de arroz
Elaboración
Rehogar en una cacerola el ajo, la cebolla y el puerro finamente picados con el aceite de oliva, salpimentar, incorporar el caldo y llevar a ebullición, añadir los chayotes pelados, cortados a cuartos y sin la semilla central junto con el arroz, prolongar la cocción a fuego suave durante unos 35 minutos hasta que el conjunto esté muy tierno, rectificar de sal, triturar con batidora, pasar por colador fino y, finalmente, incorporar la crema de leche previamente caliente, sirviendo si se desea con picatostes de pan frito.
Crema de tomate
Ingredientes
Entre medio kilo y tres cuartos de kilo de tomates maduros de la variedad deseada, un puerro, una cebolla, un diente de ajo, un litro de caldo de verduras, 100 g de mantequilla o aceite de oliva, 50 g de arroz, sal, pimienta y opcionalmente una cucharadita de azúcar.
Elaboración
Fundir la mantequilla o calentar el aceite de oliva en una cacerola, rehogar la cebolla, el puerro y el ajo cortados en trozos regulares, salpimentar, añadir el caldo de verduras y llevar a ebullición, incorporar los tomates troceados junto con el arroz, dejar cocer a fuego suave durante unos 35 minutos evitando una ebullición brusca, rectificar de sal, triturar con batidora, pasar por un colador de media bola para eliminar semillas y servir caliente, pudiendo añadir un chorrito de aceite crudo, picatostes o arroz cocido como guarnición y una cucharadita de azúcar si el tomate resulta demasiado ácido.




